Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

lunes, 1 de mayo de 2017

Menos de un mes para el objetivo 10kZaragoza

Se me ha echado encima... cierto que este año han adelantado la fecha y no sé, igual en mi cabeza yo seguía teniendo la 10k en junio, pero no, no, es ya el 28 de mayo. ¡En nada! ¿que si estoy preparada? pues no lo sé, la verdad. A día de hoy no, eso seguro. Pero ¿de aquí a un mes? claro que sí. Pero toca ponerse las pilas, con perseverancia, pero también con cabeza.

Reconozco que con tanta semana santa y tanto puente (aquí tenemos fiesta para San Jorge, os recuerdo), llevaba unos días de poco entrenamiento. Y eso que me llevé de puente una bolsa con mallas, zapatillas y demás, pero fue un fin de semana de desintoxicación tan rico que ni correr me apetecía. A veces también hay que saber poner las prioridades en orden y sobre todo escuchar al cuerpo.

Hoy sí me pide correr, sin embargo. De hecho escribo esto vestida para ello. Después de varios días sin correr, como os decía, llegó el entrenamiento del sábado. Series de 900m. Siempre voy caminando pero el sábado en cuanto empecé a andar noté un punto de dolor en el gemelo. Hubo un momento en que incluso me hacía cojear. Mal asunto, pensé. ¿Y de qué me habré hecho yo esto si precisamente no he hecho nada últimamente? Seguí caminando y lo cierto es que poco a poco el punto fue desapareciendo. Empezamos a calentar con un trote suave y el gemelo estupendo, ni una queja. Primera serie, bien. De hecho me encontraba mejor de lo que esperaba después de tanto tiempo de vagancia supina. Segunda serie... hmmm... esto empieza a molestarme otra vez pero puedo acabar. Termino la serie con el gemelo algo duro pero no me duele. Durante el ratito de recuperación parece que vuelve a su ser pero ay, empezamos la última serie y latigazo al canto. No quise arriesgar. Prefiero perderme una serie que la carrera (ya me la perdí el primer año, no me apetece repetir experiencia) Hay que ser sensato, sí. Y a estas alturas creo que ya sé distinguir las molestias derivadas de exigirle más al cuerpo en el entrenamiento de un dolor que podría derivar en lesión. Durante toda la tarde tuve el músculo como agarrotado y ayer aún, haciendo cosas por casa, me pegó otro tirón extraño. Lo llevé todo el día con la pantorrillera que me ayudó a recuperarme de mi rotura fibrilar años ha. Mucho mejor, lo notaba más sujeto al menos.



Hoy me he levantado bien y con ganas de correr. Iba a salir con mi marido pero al final él no puede acompañarme. Hace frío esta mañana... ya estamos con las perezas. Si salgo sola correré pero poco, ya me lo veo venir. Le pregunto a mi hijo si quiere acompañarme. Me dice que sí pero por la tarde. Así que aquí estoy, vestida de runera y sin haber corrido un kilómetro por ahora.

Tengo el día reflexivo hoy, Ando pensando mucho últimamente en qué hacer con mi vida (laboral sobre todo), así que he aprovechado para sentarme con mi diario (el de papel, que también gasto de eso sí) y un café y reflexionar por escrito sobre ello. A continuación me he puesto a escribir esto. A falta de correr, hablaremos sobre correr. No es lo mismo, ya. Y mientras escribo, estoy pensando si espero a mi hijo y corremos juntos esta tarde o me voy ya yo sola, aunque corra poco. Sea como sea, hoy he de correr, la 10k está ya encima y ahora sí que es importante que mantenga los tres días de entrenamiento a la semana. Se nota si te saltas uno, ya lo creo que se nota... y ya me he saltado más de uno estos últimos días. Se acabó el descanso. ¡Venga! ¡me habéis convencido! ¡me pongo las zapas y me voy a correr!

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