Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

viernes, 24 de febrero de 2017

Sueños (entrada recuperada de mi viejo "Diario de un embarazo")

Esta mañana me he despertado pensando en una vieja entrada mía en la que os hablaba de mi sueño de escribir. Y no he parado hasta conseguir recuperarla (nada fácil puesto que Terra decidió en algún momento cargarse los blogs, pero internet tiene herramientas para todo y, gracias a backmachine y un poco de paciencia, la he encontrado). Me apetecía revisarla, ver lo que ha cambiado y lo que no y compartirla de nuevo con vosotros. Cambiar, cambiar, ha cambiado poco, el sueño sigue intacto, el batacazo al despertar del sueño y volver a la rutina también. Peeeerooo, entre la entrada original y esta sí hay un libro ya publicado y que me permitió vivir la experiencia de promocionarlo, acudir a colegios a hablar de él con los lectores (como veis, excelentemente acompañada por mi editor: Luis, de La fragua del trovador, y por mi amigo y dibujante Alejandro) Una experiencia que, por supuesto, no hizo más que reafirmarme en que sí, este es mi sueño y es a lo que de verdad, de verdad, me gustaría dedicarme el resto de mi vida. Difícil sí, pero al menos es camino hacia el objetivo es interesante y enriquecedor así que seguiré caminando por si acaso, que nunca se sabe hasta dónde se puede llegar (por cierto,en lo que sí he mejorado un poco es en lo de la constancia, no es que sea nada milagroso tampoco pero todo se puede mejorar y desarrollar y yo sigo puliendo poco a poco ese defectillo mío) 


Sueños (entrada original del 29/11/2006)


Todos tenemos nuestros pequeños o grandes sueños. Van variando según la edad y lo que vamos consiguiendo pero ¿qué sería de nuestra vida sin ellos? nos ayudan a superarnos, nos dan ánimos cuando estamos de capa caída, le dan un sentido a nuestros momentos difíciles y mantienen viva y chispeante nuestra estrella en los mejores días.

No es que tenga nada que ver con el embarazo, pero este blog también va sobre mí y me parece que no estaría completo si no compartiera con vosotras algo tan importante, así que hoy voy a contaros mi gran sueño, que es ni más ni menos, que VIVIR DEL CUENTO. En el buen sentido de la expresión, claro. No es que aspire a convertirme en asidua del "aquí hay tomate" o alcaldesa de Marbella... No, mis intenciones son mucho más loables. Que me gusta escribir no es ningún secreto, siempre me ha gustado y en fin, no nos engañemos, no soy ningún genio de las letras, eso lo sé. Nunca seré una gran escritora como mis admiradas Carmen Martín Gaite o Isabel Allende, que tienen esa chispa especial que hace de sus escritos algo mágico. No hablemos ya de los grandes clásicos de la literatura universal... Vamos, que soy muy consciente de mis limitaciones... pero también de mis capacidades...

No soy ninguna experta en el tema pero, supongo que como a todo aquél a quien le guste escribir, otra de mis pasiones ha sido siempre la lectura, desde bien pequeñita y puedo decir que he leído mucho de todo, también unos cuantos best sellers, y francamente, en ninguno de ellos he encontrado esa chispa especial que distingue a una gran obra o un gran escritor. Me parecen simplemente libros escritos correctamente, sin más, cuyo gran mérito ha sido desarrollar una historia capaz de atrapar al lector de principio a fin. Y eso sí puedo hacerlo yo. Lo más difícil es dar con esa trama que enganche a suficientes millones de lectores como para reportarte más que jugosos ingresos en tu cuenta corriente pero esto, como casi todo, es cuestión de una chispa de suerte y una gran dosis de perseverancia y trabajo. Ays, aquí tropezamos... eso sí que me falla a mí. Siempre he admirado enormemente a mi amiga Bea (un besazo bonita), que con un trabajo con horarios pelín peculiares fue capaz de sacarse su bien ganada oposición, levantarse pronto a pesar de haberse acostado tarde o acostarse tarde aunque tuviera que madrugar... si yo tuviera esa constancia, esa capacidad de trabajo... si yo pudiera robarle un par de horas al sueño cada noche para escribir todos los días... ¡pero es superior a mí! lo reconozco, es mi principal impedimento para lograr mis metas. ¡Me falta constancia!

Por lo demás, sigamos soñando... imaginar que doy con esa idea brillante. Imaginar que logro construir una trama interesante, bien llevada, capaz de engancharos a todos y mi libro se convierte en un best seller. Mi pobre cuenta corriente empieza a recibir cantidades vergonzosas de dinero. Escribo otra obra, me voy consolidando, los éxitos se suceden y por fín llega la culminación del sueño. Dejo mi trabajo. Me compro un buen terreno y me construyo la casa de mi vida, con su gran jardín y un despacho para seguir escribiendo desde él.

Seguid imaginando. Me levanto un rato antes que mis hij@s, me arreglo tranquilamente y l@s despierto a ell@s. Desayunamos junt@s, l@s visto y l@s llevo al cole. Vuelvo a casa a escribir durante la mañana. Encuentro mi despacho ya limpio y aireado por el personal de servicio, que por supuesto se seguirán encargando de las tareas de la casa mientras yo trabajo. A la hora de comer llega mi marido con l@s niñ@s y comemos todos juntos. (Del trabajo y horarios que tendría el papá os tendria que hablar él, pero para mi sueño es fundamental comer en familia así que tendrá que adaptarse a esa imposición) Cuando papá se l@s lleva de nuevo al cole yo dedico un rato tranquilo a la lectura, complemento imprescindible del trabajo de cualquier escritor, en mi opinión. Recojo a l@s peques en el cole, merendamos, jugamos un rato juntos o damos un paseo y nos ponemos con los deberes. Cena, otro ratito de ocio y a dormir... ¡la jornada perfecta! Eso sí es conciliación laboral y familiar, ¿eh?

Y ahora, despertemos suavemente para no darnos un batacazo demasiado gordo y volvamos a la rutina de todos los días...

¡Auch! ¡ay!, ¡pues aún así el golpe ha sido tremendo! en fín, seguiremos soñando, y lo más importante, iremos dando pequeños pasos para conseguir mis metas. Quizás no lo consiga todo, pero algo se puede conseguir, ¿no?

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