Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

miércoles, 11 de enero de 2017

Vergüenza ajena

Llevamos unos días en los que los noticiarios nos invaden, entre atentados, guerras y otras catástrofes, con imágenes de la gran ola de frío que asola Europa. Mientras nosotros las observamos, bien calentitos en nuestros sofás, tapados además con una manta si somos frioleros, hay miles de refugiados que la están sufriendo, prácticamente a la intemperie, y sufriendo enfermedades desde el más básico resfriado hasta la neumonía. ¿Recordáis lo mal que se pasa cuando se está acatarrado, metido en casa con la calefacción bien alta y bien abrigadito, tomando frenadoles o similares? Pues ahora imaginad pasarlo así:



Yo no puedo dejar de acordarme del frío que pasamos un mes de febrero en que se nos ocurrió ir al pueblo para acercarnos a las fiestas medievales de Teruel. La semana anterior había helado y las tuberías exteriores se habían congelado así que no entraba agua en casa, por lo tanto tampoco funcionaba la calefacción. Muy medieval todo. Aun metidos en una casa de gruesos muros (muy gruesos, ya sabéis lo que son las casas de pueblo) y con una chimenea de leña que queda muy bonita pero no da abasto para calentar un salón que es grande y húmedo, bien tapados con ropa de abrigo y mantas, como te separaras un poco del fuego te pelabas de frío. Considerando que la temperatura no era tan baja como la que están sufriendo estos pobres, y que estábamos mucho mejor protegidos que ellos, no puedo ni imaginar lo que estarán pasando mientras aquí, en la vieja Europa, que de guerras y refugiados sabe un rato, o debería, miramos para otro lado como si todo esto no fuera con nosotros. ¿Vergüenza ajena? mucho peor. Sobre todo porque no me he creído ni por un instante que esto no tenga solución. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar que siga ocurriendo esto? 

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