Bienvenidos a bordo

y gracias por acompañarme en este largo viaje sin retorno que es el de la maternidad. Me río yo de las peripecias de Ulises y de la paciencia de Penélope. Me río de los 12 trabajos de Hércules... ser madre sí es toda una aventura, a veces desesperante, casi siempre agotadora... pero siempre, siempre, siempre ¡tan gratificante! ¿queréis compartirla con mi familia?

domingo, 1 de enero de 2017

Deseos que son propósitos

Hace unos días, en pleno adviento, que ya sabéis que en casa nos lo tomamos muy en serio, dedicamos un ratito a pensar de qué manera podríamos este año "lanzar" nuestros deseos para el nuevo 2017. Hicimos un brainstorming rapidito y con todas las ideas propuestas acabamos "cocinando" la que nos pareció la forma más bonita de hacerlo.



Al final quedó así el proceso: el día de Navidad cada uno de nosotros escribió en un papelito sus deseos para el nuevo año y durante toda la semana, hasta Nochevieja, teníamos que llevarlo con nosotros en distintas partes del cuerpo (primero en el calcetín, luego en el bolsillo del pantalón, luego en el de la camisa...) digamos que para que se impregnaran bien de nosotros. 

Para después de las uvas habíamos preparado ya los globos de helio con los números formando 2017 y un barquito de papel en el que meter los deseos (por si los globos aterrizaban en agua para que pudieran seguir navegando, claro) y en cuanto pasaron las uvas, los lanzamos al aire. Por cierto, que subieron altísimos, quién sabe a dónde habrán ido a parar... (para otro año habrá que ponerles gps, jijiji) 

Aunque, por supuesto, independientemente de la tontadica que se haga para lanzar los deseos, al aire, al agua o a donde se nos ocurra, lo que hay que recordar siempre es que un deseo no se cumple solo, hay que ayudarle. Así que recordad, no os quedéis en el símbolo. Si de verdad deseáis algo, plantearos objetivos (medibles  y realizables), metas intermedias para llegar a ellos y sobre todo un plan claro de acciones para llegar a ellos. Que esto no garantiza que se cumplan, por supuesto, pero seguro que nos acercaremos más a ellos que si nos limitamos a quedarnos esperando a que algo mágico los cumpla por nosotros. Si os interesa profundizar en cómo lograrlo, os aconsejo esta entrada, magnífica, de mi amiga Noelia. 

Yo creo que, en el fondo, todos tenemos ya interiorizada esa idea en casa porque aunque nadie contó cuál había sido su deseo o deseos, en lo que todos coincidimos en que al menos uno de ellos era un deseo-propósito. Fijaros que el simple hecho de añadir la palabra propósito ya implica que asumes que depende de ti en realidad. Así que sí, por una vez, trabajemos por que nuestros buenos propósitos no se queden otro año más en el tintero. ¡Ánimo! si se quiere se puede.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Great Idea!!

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